Hace algún tiempo ya había contado la incursión urbana que hice junto con Pati y su novio, Bruno 2.0. Después que leí ese post me sentí un poco mal pensando que había sido muy dura con su peor-es-nada, pero luego de este viernes he llegado a la terrible conclusión de que no sólo tenía razón, sino que tengo que decirle algo a Pati, o me arrepentiré durante el resto de mi vida.
Todo empezó a las diez de la noche, hora en la que llegué a la casa de Pati. Ella bajó al toque y nos fuimos a la casa del susodicho, que según Pati estaba cerca. Ya de arranque me di cuenta que yo estaba muy arreglada comparada a ella y que estaba en desventaja total porque llevaba tacos. Pensé que caminar unas cuadras no sería problema porque seguro iríamos a un lugar a tomar algo, tipo un lounge o algo así. Nah, la noche me tenía en mente un plan muchísimo más incómodo que ese.
Total, llegamos a la casa de susodicho y nos recibe en la puerta. Su depa no estaba mal, debo admitir. Tenía todo ordenado y además era dueño de un gato, y como a mi me encantan los gatos le di un par de puntos. Luego se los borroneé todos, pero ya llegaremos a eso. Nos sentamos en una especie de sillón sin respaldar -si, no sé como llamarle, digamos que era un hibrido entre el puff y un sillón- y ahí fue donde todo se fue al carajo.
Le pasé la voz al gato y me percaté de que estaba flaquísimo y encima de todo, se me quería trepar al pelo. Sí, al pelo. Yo tengo dos gatas en mi casa y NUNCA han hecho eso con nadie, así que no comprendía porque este bicho de mierda tenía la obsesión de treparse a mi cabello. Lo intentó y traté de safármelo, pero como no quería lastimarlo o que me arañe, llegó un momento en el que se llegó a agarrar con sus uñitas de mi cabeza. En ese momento comencé a gritar: ¡Tu gato me quiere matar!, pero susodicho ni se inmutaba. Para él eso no parecía ser un problema. Su oído estaba entrenado para ignorarme, e ignorar de paso a Pati también. Seguía conversando con sus amigos, un gringo y otro fulano blancón y mas alto que todos con pinta de ser dealer. Finalmente Pati fue la que tuvo que ayudar a quitarme el bicho rabioso de encima. Pasado ese percance, le di un manotazo en la cabeza al gato y se fue corriendo. No se me volvió ha acercar. A pesar de eso no tengo nada en contra de ese gatito. Quiso matarme, lo sé, pero no puedo enojarme con un bichito tan lindo. Al dueño si lo odié, lo odié a la décima potencia.
Bad Kitty
Ahí no acabó la cosa. Media hora después de que Bruno 2.0 terminara de hablar con sus amigos, nos ofreció chela. Trajo dos copas de vino y nos sirvió Cuzqueña. Ya, bueno, supongo que no tenía vasos. En mis días de mas chacra he llegado a tomar chela de una taza de café, no me pregunten dnde ni con quién. Así que la copa de vino se veía incluso un poco elegante. Así transcurrieron los siguiente veinte minutos. Pati y yo de un lado de la habitación tomando de las copas. Al otro extremo, Bruno 2.0 y sus amigos hablando de gente que no conocemos. Aburrido.
Finalmente se dignaron a moverse. Nos levantamos, dejamos las copas, nos despedimos del gato, y salimos. Tomamos un taxi a la casa de otro amigo de Bruno y en el camino él me sorprendió con sus vastos conocimientos de cine.
Resulta que Brunito se fue a polvos azules con Pati y compraron varias películas. Entre ellas, la ganadora del oscar a pela extranjera “El secreto de sus ojos” y de paso, otros clásico antiguos. Brunito estaba emocionado porque había visto el Padrino por primera vez, y en su forma particular de hablar nos comenzó a contar que tal le había parecido: “Putaaaa, weon, el otro día vimos El padriiiiiiinooooo… mieeeeeeeeeeeeerda, que buena actuación la de Marlon Brandon weon, puuuuuta, que maeeeeeeestrooooo… Y puuuutaaa, la pela es reconnnnnntra pajaaaaaa, y no me había dado cuenta ah, pero la primera escena, esa donde sale sentaaaadoooo, aparece al finaaaaaalllll, alucina…”
Yo no le entendí bien, porque la verdad que hace tiempo que vi el Padrino, la primera, pero si recordaba que en la tercera el personaje de Al Pacino sale sentado en un patio donde finalmente muere de anciano. Así que le mencioné si esa escena sale en la primera película, a lo que Brunito me quedó mirando por cinco segundo en desconcierto total, para luego mencionar la pachotada mas ridícula que he escuchado a lo largo de TODA mi vida:
“¿Qué? ¿Son tres?”
NO-ME-JO-DAS.
Como no vas a saber que El Padrino son tres pelas. ¡Es una puta trilogía, pelotudo de mierda! ¿Por que crees que le llamana TRÍ-LOGIA? ¿Ah?
Pati no sabía si reírse o llorar, pero optó por reírse y tratar de obviar el hecho de que su novio es un troglodita. Igual, como yo soy tan paciente con la gente ignorante, le dije en un tono calmado y sereno que sí, son tres películas y de que trataban mas o menos las tres.
“Puuuuuuuutaaaaaa, que alucinnaaaaaaaaaaanteeeeeeee… Hay que verlas, ah, puta, hay que verlas…”
Si, media humanidad las ha visto y él no estaba enterado que son TRES.
Sí, son tres... HUEVÓN!
Finalmente llegamos a la casa de sus amigos. Subimos y nos sentamos en su sala, y ellos comenzaron ha hablar, claro, porque se conocen de tiempo. Pati y yo, sentadas a un costado sin mucho que decir. En ese momento llegué a comprender porque ella me había pasado la voz para ir: Su novio ni enterado que ella estaba sola sentada en una esquina. Él estaba de lo mejor con sus amigos y le importaba un carajo.
Aquí vino otra joyita de ignorancia, pero esta vez fue grupal: En la mesa de centro había un DVD. Brunito lo tomó y mencionó en su tonito de siempre: “Weeeeeonnn, esta pela es bravaaaaazaaa”. Estaba hablando de El Secreto de sus ojos, la pela argentina que ganó el oscar a mejor película extranjera. Por un segundo pensé que quizá Brunito tenía algo de cerebro, pero luego, cuando Pati le pidió que le pasara el DVD comprendí que su ignorancia calaba mas hondo.
La carátula decía: “El secreto de tus ojos 2”. Si, “EL SECRETO DE TUS OJOS 2”. Brunito no se había dado cuenta de ese detalle, hasta que Pati lo dijo en voz alta. Yo le di una mirada a la carátula y me di cuenta que en efecto, si era una película de Ricardo Darín, pero no era El secreto de SUS ojos, sino otra película, de otro director, que justamente se está estrenando en el Festival de Cine que está en transcurso ahora esta semana. Antes de que pudiera decir algo, Brunito arremetió de nuevo:
“Aaalaaaa, ¿hay una secuela? Puuuutaaaaa, hay que veeeeeerlaaaa”
Cualquiera que sepa dos cosas de cine podría comprender algo tan simple: Primero que nada, NO HAY SECUELA, troglodita. Esto no es RAMBO, DURO DE MATAR, RAPIDOS Y FURISOS ni AVATAR, ¿ok? Además, el personaje de Darín es completamente diferente al de la película (me refiero físicamente), encima que la mujer que sale en la portada es otra actriz, y para terminarla, las escenas que salen en la contratapa son actuales, mientras que El Secreto… está ambientada en los 70s. ¿Más? Mira, uno no tiene que ser un experto en cine para tener cierta noción de que una película de ese tipo no va a tener una secuela tan monse como El secreto de sus ojos 2.
Bueno, igual había que saber algo del festival de cine y de Ricardo Darín para saber eso, ¿no? Pero lo más triste es que sus amigos estaban convencidos de que ESA era la pela ganadora del oscar porque ya habían visto parte de ese DVD bamba. No sólo ellos era unos ignorantes al comprar una pela que ni siquiera saben de qué se trata, sino que encima vieron como una hora de la misma y ni siquiera así se percataron que no tenía nada que ver, lo que quiere decir que le importa un pito la película, y no se molestaron en enterarse de la trama.
Pasaron veinte minutos hablando de no entendieron nada porque encima estaba mal grabado el audio -me imagino que debe ser pésimo ya que recién la han estrenado en el festival- hasta que finalmente les aclaré todo el cuento. Brunito fue el mas lento en comprender. Hasta ahora dudo mucho que haya entendido bien que cosa quise decirle.
Putaaa, avisame cuando salga la secueeela... ¿Será también trilogía? DUH!
Antes de irnos a nuestro destino final, pasamos al lado de un mueble que tenía encima una miniatura de un micro colombiano, que es un souvenir común en la gente que viene de Colombia. Yo también tengo uno en mi casa. Brunito ha vivido en Colombia, y nos dijo que él había traído ese micro, pero no recordaba el nombre. Encima de eso, se inventó una historia totalmente absurda: dijo que en ese carro hacían fiestas. Yo sé que eso es mentira, pero no podía contradecirlo porque yo no he estado en Colombia. Sé por amigos que no es cierto, pero no podía asegurarlo totalmente. En fin, Brunito no se acordaba del nombre del carro y se rió solo diciendo que estaba perdiendo la memoria por fumar mucha yerba.
Brunito, por favor, no culpes a la yerba de tener dos neuronas. Eso lo hiciste tu solito.
El resto de la noche fue peor aún. La interacción entre Pati y su novio fue lo peor que he visto en mi vida:
– ELLA PAGÓ SU ENTRADA. Resulta que no eran 10 lucas como él pensaba y no tenía mas plata (claro que si tuvo después para la chela) y escuché claramente que le dijo a Pati que si ella le pagaba la entrada. Esto de un tipo de 36 años. Sin comentarios.
– IGNORÓ A PATI TODA LA NOCHE. Se la pasó conversando con sus amigos dándole la espalda. No se molestó en presentarla mas de dos veces y habló con mas de veinte personas. Lo lógico hubiera sido llevarla del brazo, de la cintura, presentarla. No, el estaba preocupado de hablar de sí mismo.
– NO LE INVITÓ NADA. Encima de gorrearle para la entrada, cuando fue el momento de hacer cola para la chela, él se compró la suya y se dio media vuelta para volver con sus amigos. Yo tuve que meterme en el tumulto de gente y comprarle la cerveza a Pati.
– NO QUERÍA IRSE. Yo estaba muerta. No había donde sentarse, donde estar, mas que parados en medio de un pampón. Le dije a Pati para irnos y ella le dijo a él, pero cada vez que mencionabamos la idea, se desaparecía en el tumulto de gente. “Putaaaa, todavía es tempranooooo”, decía.
Y la perla de todo fue cuando nos regresamos finalmente, a las cuatro de la mañana, en un taxi comunal. La idea era dejarnos en la casa de Pati a ella y a mi para que yo tomara mi taxi seguro. Lo llamé saliendo del local y justo cuando estabamos a dos cuadras de la casa de Pati, el huevón se volteó y nos preguntó sino queríamos acompañarlo a Vivanda a comprar toallas. ¡A LAS CUATRO DE LA MAÑANA! ¡A COMPRAR TOALLAS! Le dije que no, que mi taxi seguro ya estaba ahí. Pero entre que él dijo eso y yo le respondí el taxi avanzó una cuadra. En vez de decirle al taxista que se dé la vuelta, nos miró y nos dijo: “Bueno, el taxi ya avanzó pes, bájense acá”.
No debí bajarme, pero lo hice. Pati ni se inmutó, me siguió como borreguito y nos bajamos. Yo ya quería irme a mi casa y terminar de una vez por todas con esa noche de mierda. Mi taxi ya me esperaba. Me despedí de Pati y me fui.
Luego de pensarlo el resto del fin de semana, me doy cuenta ahora que Pati está en crisis. No ha olvidado a su novio anterior, Bruno 1.0. Lo sé porque en un momento casi llama a este fulanito por el nombre del anterior. Lo sé porque está con este imbécil pobre diablo por no estar sola y está dejando que la pisoteen. Lo sé porque hace poco que su novio anterior se casó con la tipa por la que la dejó.
Este tipo no es nada, ni físicamente y mucho menos mentalmente. ¿Entonces que hace un chica simpática como Pati con estre baboso? Simplemente no quiere estar sola. Hace unas semanas atrás ella me contó que le preguntó si ya era novios o no, osea que si ya estaban como pareja o saliendo. Él le dijo que sí, que son pareja, pero… ¡por favor! ¡Como vas a tratar a tu pareja así! No hay forma.
Hoy le mencioné levemente el tema a Pati, ya que trabajamos juntas. Le dije algo de que si a ella la deja en su casa o si la deja en la calle como a nosotras el otro dia. Ella me dijo que él la llamó a disculparse por dejarnos ahí. Pero, ¿de que sirve disculparse? Su primera reacción fue botarnos del carro. Eso lo dice todo.
Yo sé que ella no está enamorada. Sabe que él es un idiota. Pero está con él porque está en crisis. Quizás incluso piense que Bruno 1.0. va a regresar, que va a dejar a su esposa y va a regresar con ella. Supongo que tendré que tomar valor y enfrentarla a la realidad, de una vez por todas romperle la burbuja, aceptar las consecuencias y gritarle: ¿Donde mierda está tu cabeza?